sábado, 14 de enero de 2012

Lugo. Tras el rastro genético de los antiguos pobladores de la montaña

El instituto geológico Isidro Parga Pondal, de la Universidade de A Coruña, intentará secuenciar el ADN de los restos humanos encontrados en los últimos años en el yacimiento prehistórico de la cueva de Valdavara (Becerreá), que está siendo investigado por científicos de las universidades de Santiago y Tarragona. Al mismo tiempo se realizará un estudio genético de otros fósiles humanos localizados en el yacimiento de Pala do Rebolal, en el municipio ourensano de Rubiá.

Todos estos fósiles pertenecen a diferentes períodos de la prehistoria reciente, situadas cronológicamente entre el Neolítico y la Edad del Bronce. La intención de los investigadores es determinar la relación que puede existir entre estos restos humanos y los que fueron descubiertos hace un par de años en el yacimiento de Cova do Uro (Folgoso do Courel), los más antiguos que se conocen hasta ahora en Galicia, que también están siendo sometidos a un estudio genético desde hace algún tiempo por el instituto Parga Pondal. En el estudio se utilizan además otros restos humanos procedentes del yacimiento de Cova Eirós (Triacastela), mucho más recientes que los de O Courel, que también son objeto de un análisis genético desde hace varios meses.

En caso de que estos análisis arrojen un resultado positivo, podría saberse si los habitantes de las sierras orientales gallegas de la prehistoria reciente descendían directamente de las poblaciones que ocuparon este mismo territorio entre finales del Paleolítico y comienzos del Neolítico, época a la que corresponde el fósil humano de la sierra de O Courel. Si fuese así -según indica la investigadora Gloria González Fuertes, que se ocupa del análisis genético-, significaría que los avances técnicos y culturales del Neolítico llegaron a Galicia mediante lo que se conoce como difusión cultural. Esto es, las innovaciones culturales se habrían transmitido de unas regiones geográficas a otras sin que hubiese reemplazo de población. Por el contrario, si no hay una continuidad genética entre los pobladores de los diferentes períodos prehistóricos, supondría que las innovaciones tecnológicas y culturales fueron traídas por grupos de inmigrantes que habrían llegado de otras partes de la Península o del continente y que sustituyeron a las poblaciones más antiguas.


Etapas diferentes

Los fósiles de Becerreá pertenecen a dos yacimientos situados a pocos metros uno de otro, pero pertenecientes a dos etapas distintas. El yacimiento denominado Valdavara I fue hallado dentro de la cueva y está datado entre finales del Neolítico y principios del Calcolítico o Edad del Cobre. El de Valdavara II, situado cerca de la entrada de la gruta, pertenece a la Edad del Bronce.

La Voz de Galicia

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