El prehistoriador Marco de la Rasilla, que estudia los restos de El Sidrón, indica que «el hombre dominaba mejor su entorno en el Paleolítico»
El prehistoriador y arqueólogo madrileño Marco de la Rasilla no ha parado de excavar en el pasado remoto de Asturias desde que llegó a la región hace tres décadas. Sus hallazgos en los yacimientos de Llonín, La Viña y El Sidrón han sacado a la luz pistas sobre los primeros moradores de un territorio que esconde secretos a ras de suelo. «Por sus condiciones naturales, éste ya era un buen sitio para vivir hace cincuenta mil años, a pesar de que por entonces el clima era duro, con nieves perpetuas a tan sólo mil quinientos metros, en plena sierra del Aramo», asegura el profesor titular, al frente de un amplio equipo de expertos que acumulan méritos como haber descubierto conductas canibalísticas en un asentamiento de neandertales a escasos kilómetros de Infiesto.
De la Rasilla ha creado su propio ecosistema en el laboratorio del área de Prehistoria de la Universidad, ubicado en la buhardilla del edificio departamental del campus del Milán y donde todos los días varios investigadores analizan minuciosamente los restos óseos y líticos procedentes de las excavaciones para encontrar cualquier detalle que les permita conocer mejor cómo funcionaban los fundadores de la especie humana. «El estudio de la Prehistoria sólo admite este tipo de método porque, a diferencia de otras épocas, no existen textos escritos que nos orienten de alguna manera», señala el docente, un apasionado de la disciplina a la que ha dedicado más de media vida...
La Nueva España
viernes, 2 de marzo de 2012
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1 comentario:
Vaya perfil/entrevista más bien hecha!
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