Una investigación liderada por la Universidad de Granada indica que los
representantes del linaje humano son los únicos primates en los que, a
lo largo de sus más de 2,5 millones de años de historia, el tamaño de
los dientes ha ido decreciendo a medida que aumentaba el tamaño del
cerebro.
La clave de este fenómeno, que los científicos catalogan de “paradoja evolutiva”, podría estar en la evolución de la dieta del Homo.
Según el trabajo, publicado en la revista BioMed Research International,
la digestión acontece, en primera instancia, en la cavidad oral, y los
dientes son fundamentales para la reducción de los alimentos a
partículas de menor tamaño. Por tanto, lo normal sería que si crece el
tamaño del cerebro, y con ello las necesidades metabólicas, también lo
hagan los dientes. [...] agenciasinc.es
lunes, 24 de febrero de 2014
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