Foto: Univ. Cantabria |
Europa Press. El estudio de 170 muestras de huesos de ciervo en la cueva cántabra del Mirón ha permitido responder a preguntas sobre cómo era el medio ambiente y qué cambios climáticos se produjeron en diferentes épocas, como la Prehistoria.
Los resultados han sido publicados en el número de noviembre la prestigiosa revista "Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology (PALAEO 3)".
Según destaca la Universidad de Cantabria en un comunicado, la cueva cántabra del Mirón constituye un "extraordinario" archivo de información sobre el pasado.
Catalogando y analizando los numerosos restos arqueológicos recuperados campaña tras campaña, los prehistoriadores reconstruyen más de 40.000 años de ocupación humana: desde los últimos neandertales hasta los inicios de la Edad del Bronce, con especial densidad en el Magdaleniense inferior, contemporáneo de las grandes ocupaciones de cuevas como Altamira o El Castillo.
El yacimiento no solo aporta datos sobre nuestros ancestros, sino que también permite conocer su entorno y paisaje gracias a los restos de animales que los habitantes de la cavidad cazaban y comían.
El trabajo publicado ahora es fruto de la colaboración entre los investigadores británicos Rhiannon Stevens (University College London) y Xosé Hermoso-Buxán (Universidad de Cambridge) y tres prehistoriadores que trabajan en El Mirón: Manuel González Morales y Ana Belén Marín Arroyo, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), y Lawrence Straus, de la Universidad de New Mexico (Estados Unidos), miembro asociado al IIIPC y codirector de las excavaciones.
Foto: Univ. Cantabria |
HUELLAS VEGETALES
Los ciervos dependen para su sustento de la vegetación local, alimentación que deja huella en el tejido óseo de estos animales.
Los científicos analizaron los isótopos estables de carbono y nitrógeno de los huesos, observando correlaciones entre las variaciones del carbono-13 y factores como los cambios de temperatura y la disponibilidad de agua en la zona.
El ciclo del nitrógeno-15, por su parte, se relaciona con la regeneración biológica del suelo, que se ralentiza en los momentos fríos e influye en el desarrollo de la vegetación.
Los resultados del estudio, primero de este tipo que se realiza en España a partir de un yacimiento arqueológico, muestran con precisión los cambios en el paisaje en el valle del Asón desde fines del último periodo glaciar hasta mediados del Holoceno.
La comparación de los datos obtenidos en el Mirón con los de otros 300 ciervos de otras regiones de Europa permite conocer las variaciones geográficas en estos cambios, su ritmo y magnitud, situando al yacimiento cántabro como un punto clave para la reconstrucción del cambio climático del pasado en Europa Occidental. europapress.es
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