1/2. These are Examples of personal ornaments used by the last European foraging societies. |
Northern Europeans in the Neolithic period initially rejected the practice of farming, which was otherwise spreading throughout the continent, a team of researchers has found. Their findings offer a new wrinkle in the history of a major economic revolution that moved civilizations away from foraging and hunting as a means for survival. [...] sciencedaily.com / Link 2
Journal Reference:
- Solange Rigaud , Francesco d'Errico, Marian Vanhaeren. Ornaments Reveal Resistance of North European Cultures to the Spread of Farming. PLoS One, 2015 DOI: 10.1371/journal.pone.0121166
Actualización 10-04-15: Ornamentos prehistóricos dan pistas del paso del forrajeo a la agricultura
Un equipo de investigadores ha
descubierto que los habitantes del norte de la Europa, en el período
Neolítico, al contrario de lo que estaba ocurriendo en el resto del
continente, no adoptaron la práctica de la agricultura como forma de subsistencia, al menos en un principio. Sus hallazgos
amplían los conocimientos que teníamos sobre uno de los mayores cambios
económicos de la humanidad, el paso de la depredación a la producción
como nueva forma de supervivencia.
Solange Rigaud, la autora principal del estudio e
investigadora en el Centro de Investigación Internacional en Humanidades
y Ciencias Sociales (CIRHUS) en Nueva York, explica que en la Europa neolítica se evidencian dos trayectorias culturales:
una en la región sur, donde se avanza en muchos aspectos, y otra en el
norte, donde se mantienen las tradiciones durante más tiempo.
El CIRHUS, en este proyecto, ha colaborado con el
Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) francés y con la
Universidad de Nueva York. Asimismo han intervenido en los trabajos de
investigación el profesor Francesco d'Errico, del CNRS y de la
Universidad de Bergen en Noruega, y la profesora Marian Vanhaeren,
también del CNRS. Sus conclusiones se han publicado en la revista PLOS ONE.
Para entender los cambios culturales producidos en toda Europa, durante este período neolítico, los investigadores han analizado hasta 224 tipos de cuentas
utilizadas por los últimos cazadores-recolectores indígenas y las
primeras poblaciones agrícolas. Las cuentas se han hallado, en Europa,
en 212 yacimientos del Mesolítico y 222 del Neolítico Inicial. Se
evidencia, ciertamente, que los artículos de adorno personal pueden
ayudar a los científicos a documentar geográficamente los cambios culturales producidos durante determinados períodos históricos.
Para desarrollar esta investigación, los especialistas se han centrado en la adopción o el rechazo de los ornamentos
por parte de los diferentes grupos humanos, sobre todo de ciertos tipos
de cuentas o brazaletes. Desde este enfoque, en trabajos anteriores, se
ha podido demostrar los vínculos existentes entre la elección de los
métodos de supervivencia y la adopción de determinados adornos. Sin
embargo, el estudio que se ha publicado en PLOS ONE es el primero en el
que los investigadores han utilizado el ítem de los adornos personales para trazar, sobre el mapa, la adopción de la agricultura en esta parte del mundo durante el período Neolítico Inicial (8000 - 5000 a. C.).
Según estaba establecido, sobre todo por posiciones difusionistas, los primeros agricultores llegaron a Europa hace unos 8000 años desde Grecia,
iniciándose así una revolución económica importante en el continente.
Se pasaría del forrajeo a la agricultura en los próximos 3000 años. Sin
embargo, los caminos de esta difusión no eran muy claros.
Los estudios anteriores habían relacionado las
poblaciones con agricultura o forrajeo con la elaboración de adornos de
distintos tipos, diferenciando las cuentas, los brazaletes y los
colgantes. En el estudio de PLOS ONE, sin embargo, los investigadores rastrearon la adopción de adornos vinculados a las poblaciones agrícolas con el fin de dilucidar los patrones de transición de la caza y la recolección a la agricultura.
Sus resultados muestran la propagación de los
adornos vinculados a los agricultores, principalmente formados por
brazaletes con cuentas de conchas perforadas, que se extienden desde el
este de Grecia y la costa del Mar Negro hasta la región francesa de
Bretaña, y desde el mar Mediterráneo hasta el norte de España. Sin
embargo, los investigadores no han encontrado este tipo de adornos en la región del Báltico en el norte de Europa. En esta área, más bien, siguieron llevando la decoración típica usada por los cazadores-recolectores
de conchas perforadas y dientes de mamíferos. Este límite cultural pudo
ser también una barrera en el avance de la agricultura, por lo menos
durante el período neolítico.
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Actualización: Ornamentos prehistóricos dan pistas del paso del forrajeo a la agricultura
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