miércoles, 29 de abril de 2015

'Tsunamis' en Doñana


Sondeos. (Foto: Fundación Descubre)

Un estudio sitúa en 1250 a. C. el inicio del proceso que dio lugar al estuario del río Guadalquivir

Investigadores del Departamento de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva (UHU) sitúan en torno al año 1250 a.C. el inicio del proceso geológico por el que el estuario del río Guadalquivir se fue cerrando al océano Atlántico hasta adquirir su forma actual. Según la Fundación Descubre, los expertos determinan en un estudio que la transición de un espacio abierto al mar a otro más aislado, hace más de 3.200 años, se debe a procesos sedimentarios costeros, entre ellos los efectos de ciertos tsunamis, causantes del origen de transformaciones en el paisaje que han podido determinar la ubicación actual de poblaciones como Sanlúcar de Barrameda o la configuración del Espacio Natural de Doñana.

Estas conclusiones, recogidas en el artículo Atlantic extreme wave events during the last four millennia in the Guadalquivir estuary, SW Spain, publicado en la revista Quaternary Research, son el resultado de los distintos sondeos que los investigadores han realizado en el entorno de Doñana utilizando técnicas como estudios de sedimentos, fósiles, polen y dataciones radiométricas de carbono 14. En los estudios sedimentológicos, analizaron las características de las distintas capas de arena, así como la macrofauna -moluscos y caracoles- y microfauna. Los expertos se centraron en los foraminíferos, unos organismos marinos microscópicos a partir de los cuales se puede determinar cómo ha ido evolucionando el medio en los últimos 4.000 años.

Los investigadores acometieron dataciones de carbono 14 a muestras de conchas marinas para calcular la edad de estos fósiles. Este tipo de análisis, utilizado en geología y arqueología, mide la cantidad de carbono 14 -elemento del carbono que se origina en la atmósfera- que cualquier resto orgánico acumula a lo largo de su vida. Este proceso permite a los científicos determinar la edad de un resto arqueológico.

En los últimos 4.000 años, la cuenca del Guadalquivir ha sido escenario de tres tsunamis. El primero, en torno al año 2000 a.C., el segundo en el 1500 a.C., y el tercero en el año 1250 a.C. "A lo largo de este período, el estuario sufrió varios procesos de subsidencia, es decir, el hundimiento progresivo de los sedimentos que, a su vez, provocó la inundación de la zona. En esta fase, el estuario estaba más abierto al mar y, por lo tanto, sometido a los procesos marinos", explica uno de los investigadores principales del proyecto, Antonio Rodríguez Ramírez, de la Universidad de Huelva.

Sin embargo, tras el paso del tercer tsunami, hace más de tres mil años, la antigua cuenca empieza a transformarse en un espacio más cerrado al mar debido al crecimiento de las barreras de arena que rodean al estuario. Los restos fósiles analizados por los investigadores atestiguan esta época de cambio, con "una disminución del número de especies marinas" y, por contra, el aumento de "las variedades de microfauna y macrofauna propias del área protegida".

La investigación resalta la desaparición de los posibles asentamientos humanos establecidos en la zona, ocultos bajo la superficie del suelo. "En Doñana, no es posible hallar vestigios arqueológicos más antiguos que la época romana porque están hundidos bajo metros y metros de sedimentos. Si hemos encontrado algunos restos cerámicos es porque han sido arrastrados con posterioridad hacia el interior del estuario", indica el responsable del proyecto. También el paisaje ha experimentado cambios. Así, de ser una zona continental, con una vegetación similar a la existente en la actualidad en los arenales de Doñana, la cuenca del Guadalquivir se convirtió primero en un lago costero, como la Albufera de Valencia, y después en una marisma. europasur.es/ / Link 2

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1 comentario:

Maju dijo...

Es muy interesante desde mi punto de vista, la verdad porque sospecho desde hace tiempo que la narración mitológica (?) que nos ha llegado a través de Platón sobre la Atlántida se debiera corresponder con la civilización del Cobre y Bronce de la Estremadura portuguesa (castro de Zambujal, cultura de Vila Nova de Sao Pedro), en la que coinciden unos cuantos elementos: localización de Zambujal en la Península de Lisboa, número de tumbas principales en la cultura (quizá correspondiendo con los 10 reyes/dinastías de Platón), extensión de la influencia del megalitismo tardío (muy similar a la descrita para "el imperio atlante) y en particular la medida del canal que unía el "castro" (ciudad) con el océano (10 km). El abandono de Zambujal (Torres Vedras) se produce hacia el final del 2º milenio ACE, coincidiendo con la sedimentación del mismo, lo que sugiere un tsunami. Aprox. 1250 podría ser la fecha de este episodio.

Uno de los detalles oscuros de la narración platónica es que menciona que, a raíz de la catástrofe (terremotos e inundaciones) se formó un banco que impedía la navegación de alguna manera, aislando a la mítica civilización occidental del Mediterráneo.

Otro de los detalles que parecen encajar es que antes de la catástrofe hubo una guerra entre Atlantis y "Atenas" (es decir Grecia en general), en la que ganó Grecia. Esta parte se parece mucho a los dos trabajos de Hércules (personificación de la memoria legendaria de la Grecia Micénica, adoptado en particular por los dorios, que se decían "heráclidas") en que se le ubica en el Lejano Oeste saqueando a los nativos, en una con artimañas, en la otra con violencia.

Y hay evidencia en la fase B de El Argar de influencia egea, sobre todo en la adopción del enterramiento en "pithoi" (grandes jarras). Además hay una motivación especial: el acceso al estaño gallego, que entonces debía de ser la principal fuente de este metal tan estratégico para la Edad de Bronce.

Finalmente, para rematar, el Atlas sosteniendo el firmamento de la leyenda griega se parece muchísimo al llamado "Índalo", icono del arte rupestre ibérico convertido modernamente en símbolo de la provincia de Almería.