jueves, 24 de julio de 2014

Mammoth and Mastodon Behavior Was Less Roam, More Stay at Home


1/3. Research led by UC's Brooke Crowley, posing with this mammoth mandible.

According to research from the University of Cincinnati, the famously fuzzy relatives of elephants liked living in Greater Cincinnati long before it was trendy – at the end of the last ice age. A study led by Brooke Crowley, an assistant professor of geology and anthropology, shows the ancient proboscideans enjoyed the area so much they likely were year-round residents and not nomadic migrants as previously thought.

They even had their own preferred hangouts. Crowley's findings indicate each species kept to separate areas based on availability of favored foods here at the southern edge of the Last Glacial Maximum's major ice sheet.

"I suspect that this was a pretty nice place to live, relatively speaking," Crowley says. "Our data suggest that animals probably had what they needed to survive here year-round."

COULD THE PAST SAVE THE FUTURE?

Crowley's research with co-author and recent UC graduate Eric Baumann, "Stable Isotopes Reveal Ecological Differences Among Now-Extinct Proboscideans from the Cincinnati Region, USA," was recently published in Boreas, an international academic research journal [...] uc.edu


Actualización: Mamuts y mastodontes preferían quedarse en casa
La antropóloga y geóloga Brooke Crowley, de la Universidad de Cincinnati, en EE. UU., está convencida de que los mamuts y mastodontes, al menos los que rondaron el noreste americano hasta hace entre 9.000 y 11.000 años, eran animales más sedentarios de lo que se cree.

En general, la mayoría de los paleontólogos ha venido sosteniendo que estos grandes proboscidios no solían permanecer mucho tiempo en el mismo territorio, sino que preferían mantenerse en movimiento.

No obstante, los datos obtenidos por el equipo de Crowley sugieren que cuando hallaban una zona con suficientes recursos se quedaban en ella. De hecho, ambas especies se asentaban en áreas diferentes, según donde encontrasen sus alimentos favoritos.

“Existen marcadas diferencias entre los fósiles de una región y otra”, destaca Crowley, cuyo estudio ha sido publicado en la revista Boreas. “Las poblaciones de mamuts que habitaban lo que hoy es Nueva York no se comportaban del mismo modo que las que vivían en Florida, por ejemplo”. Para determinarlo, los científicos estudiaron piezas dentales de distintos especímenes conservados en museos de Ohio y Kentucky.

El análisis de los isótopos estables de ciertos elementos (unos átomos no radiactivos con distinto número de neutrones que los normales) contenidos en ellos aporta pistas sobre la vida de los animales.

Así, la firma isotópica del carbono proporciona información sobre su dieta, mientras que la del oxígeno muestra las condiciones climáticas con las que tuvieron que lidiar. La del estroncio, por su parte, puede utilizarse para conocer su origen y determinar si se desplazaron mientras se formaban sus denticiones.

El examen de los restos reveló que los mamuts consumían más plantas herbáceas que los mastodontes (estos preferían las hojas y arbustos) y que estos últimos optaban por enclaves más alejados del hielo y próximos a los bosques.

Eso sí, en casi todos los casos, el estroncio reveló que ingerían agua de la misma región, lo que cuestiona que fuesen mamíferos nómadas. Los investigadores esperan que su trabajo pueda servir para idear nuevas estrategias de conservación de los elefantes en Asia y África.

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