El arqueólogo Luciano Municio guía la visita por la cueva / Antonio Tanarro |
Anochece cuando uno se pone en pie. Se topa con techos bajos y llenos de grabados. Hay barro, agua y alguna que otra babosa y mosquitos. Así está la cueva de la Fuentebuena de Matabuena, una gruta hallada hace once años y que llevaba intacta, al menos por la mano del hombre, más de cinco siglos. Cuando fue descubierta, al arqueólogo del servicio territorial, Luciano Municio, le bastaron 50 metros para constatar lo aparecía ante el haz de luz de su linterna. Aquello era algo más que una cavidad; allí había algo más que humedad, que un río y el lodo.
Aún recuerda cómo fue la entrada en 2003. «Íbamos dejando huella sobre un lecho de arenas de aporte fluvial, pero al ver el techo cuajado de grabados prehistóricos ordené dar la vuelta», Los miembros del Ayuntamiento y de la Guardia Civil deshicieron el camino a indicación del arqueólogo. [...] elnortedecastilla.es
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