El investigador gallego explicó en Mieres el proceso de la evolución humana aplicando simulaciones de computadoras
Mieres del Camino, J. VIVAS
¿De dónde venimos? ¿Cómo se hicieron las colonizaciones? Estas fueron algunas de las respuestas que ofreció ayer el investigador gallego Miguel Arenas, del Instituto de Patología Molecular e Inmunología de Oporto, que fue invitado por la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad (UMIB) de Mieres para hablar sobre el proceso de la evolución humana aplicando simulaciones computacionales.
"El trabajo es ver cómo se colonizaron las regiones, comparamos en el ordenador datos genéticos simulados con otros reales y vemos las coincidencias", explicaba ayer. De este modo, Arenas puede explicar, por ejemplo, cómo se colonizó la península ibérica. "Hubo una primera colonización por humanos arcaicos hace 50 o 60.000 años, pero no tuvieron prácticamente mezcla con poblaciones posteriores; la primera gran colonización sería la paleolítica, hace unos 40.000 años, que comenzó desde lo que hoy es Israel y Turquía por el resto de Europa", apunta, señalando que, "después vendría la última glaciación, entre 25.000 y 14.000 años atrás, donde todo el norte de Europa era hielo y hubo una emigración hacia el sur del continente, especialmente hacia la península, y es por eso que aquí hay tantos restos de fósiles mientras que no ocurre lo mismo en otras zonas del sur". En su opinión, la península ibérica, "debía de ser muy favorable para las condiciones de vida en el paleolítico". La siguiente expansión, según el investigador, se dio hace 10.000 años, pero ya con los neolíticos. "En nuestros trabajos hemos encontrado que sí hubo mucha mezcla entre paleolíticos y neolíticos, se puede decir que los primeros contribuyeron mucho a nuestra genética".
El trabajo desarrollado por Miguel Arenas aborda la colonización de Eurasia, con los movimientos migratorios de larga distancia, así como el estudio de los gradientes de diversidad genéticos, es decir, la distancia genética entre unos individuos y otros, tanto en Europa como en el continente americano. "Había un estudio en los años 80 que presentaba un gradiente con una orientación del noroeste de Europa (Reino Unido) al sureste (Israel), señalaba que los humanos de Israel eran genéticamente más diferentes que los de Reino Unido, y lo explicaban porque había mucha distancia entre ambos lugares, lo que se llama aislamiento por distancia, pero en nuestros estudios sale también que influenció la última glaciación".
La Nueva España
martes, 16 de febrero de 2016
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