El karst gibraltareño es mundialmente famoso por su importancia al nivel de la ocupación humana en el pleistoceno superior. El descubrimiento del cráneo de un neandertal en Forbes’ Quarry en 1848, ocho años antes que el del valle de neandertal, marcó el comienzo de una tradición en la investigación del karst como base de datos de la ocupación humana. Sin embargo esta tradición ya tenia su historia a partir del siglo 18 cuando el estudio de las breccias de Rosia por Cuvier, Buckland y otros contribuyó al debate sobre la evolución. A partir del descubrimiento de Forbes’ Quarry las investigaciones dieron a luz otro cráneo, el del niño de Devil’s Tower Rock Shelter en 1926. Posteriormente, en los años 40 y 50 se dió a conocer la Cueva de Gorham en el lado este del Peñón. Esta Cueva produjo nueva información sobre la ocupación humana del Peñón en el pleistoceno superior... CLIVE FINLAYSON.
El karst gibraltareño como testigo del comportamiento de los grupos humanos del pleistoceno inferior. BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST.
domingo, 2 de mayo de 2010
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