Un análisis en fósiles de huesos de caballos demostró que los animales moteados sí existieron
El arte rupestre muestra una visión realista de la naturaleza, y no simbólica como se tenía asumido, según un artículo publicado hoy en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Los animales retratados por los pintores prehistóricos en las paredes de las cuevas no son visiones expresivas o abstractas, sino que por el contrario reflejan las especies presentes en la naturaleza en el momento de ser realizadas.
No se trata sólo de una cuestión de estética: Las pinturas basadas en la vida real pueden proporcionar atisbos de primera mano al medio ambiente de hace decenas de miles de años.
El estudio es el resultado de una investigación conjunta de universidades de Estados Unidos, Francia, Rusia, España y Reino Unido sobre obras de arte del Paleolítico (hace 25 mil años) en la región Franco-Cantábrica (Sur de Francia y Norte de España).
La famosa caverna de Lascaux, en la región de Dordogne, Francia, y la caverna Chauvet, en el sureste francés, exhiben numerosas escenas de caballos de colores café y negro. Otras cavernas, como la de Pech Merle, en el sur de Francia, están adornadas con pinturas de caballos blancos con puntos negros.
Los científicos se concentraron en las representaciones de una especie concreta de caballo moteado, cuyas manchas responden a un fenotipo de caballo salvaje ya desaparecido, que pueden verse en las famosas pinturas de "Los caballos veteados de Pech-Merle" de Francia.
"Nuestros resultados sugieren que en algunos casos las pinturas prehistóricas están estrechamente relacionadas con la apariencia real de los animales retratados y que cualquier connotación simbólica o trascendental no está señalada por el color o el modelo de estas pinturas", afirmó el estudio.
Todos los fenotipos de color en los animales que se ven en estas pinturas, concluyen los investigadores, ha sido comprobado que existieron en poblaciones de caballos prehistóricas ya desaparecidas.
Recorrido histórico
Estudios anteriores de ADN antiguo sólo han descubierto evidencia de caballos cafés y negros durante esa era. Eso llevó a los científicos a preguntarse si los caballos moteados fueron reales o una fantasía del artista.
Para llegar a la genética del color del pelaje equino, un equipo internacional encabezado por el Instituto Leibniz de Zoología e Investigación de la Vida Silvestre, en Alemania, analizó ADN de huesos y dientes fosilizados de 31 caballos prehistóricos.
Las muestras fueron recolectadas en más de una decena de sitios arqueológicos en Siberia, Europa del este, Europa occidental y la Península Ibérica.Resultó que seis de los caballos tuvieron una mutación genética que origina un pelaje moteado, lo que sugiere que los artistas prehistóricos estaban pintando lo que veían.
El café fue el color de pelaje más común, encontrado en 18 caballos.Investigadores que no participaron en el estudio elogiaron el uso de la genética, diciendo que ésta apoya sus observaciones.
El paleoantropólogo John Shea, de la Universidad Stony Brook en Nueva York, dijo que no le sorprendió que los artistas de las cavernas estuvieran compenetrados con su entorno, ya que necesitaban saber todo lo que pudieran sobre su presa para cazarla .
"Estos artistas eran mejores observadores de su entorno natural de lo que son hoy muchos humanos", manifestó Shea a la agencia AP.
Sólo porque el arte de las cavernas estaba enraizado en la realidad no significa que los pintores de la Era Glacial carecían de creatividad.
El arqueólogo Paul Pettitt, de la Universidad de Sheffield en Inglaterra, dijo que los artistas prehistóricos eran "inmensamente creativos" y utilizaban técnicas como el matizado con carbón vegetal que aún se encuentran en el arte moderno.
Agencias El Universal
El arte rupestre muestra una visión realista de la naturaleza, y no simbólica como se tenía asumido, según un artículo publicado hoy en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Los animales retratados por los pintores prehistóricos en las paredes de las cuevas no son visiones expresivas o abstractas, sino que por el contrario reflejan las especies presentes en la naturaleza en el momento de ser realizadas.
No se trata sólo de una cuestión de estética: Las pinturas basadas en la vida real pueden proporcionar atisbos de primera mano al medio ambiente de hace decenas de miles de años.
El estudio es el resultado de una investigación conjunta de universidades de Estados Unidos, Francia, Rusia, España y Reino Unido sobre obras de arte del Paleolítico (hace 25 mil años) en la región Franco-Cantábrica (Sur de Francia y Norte de España).
La famosa caverna de Lascaux, en la región de Dordogne, Francia, y la caverna Chauvet, en el sureste francés, exhiben numerosas escenas de caballos de colores café y negro. Otras cavernas, como la de Pech Merle, en el sur de Francia, están adornadas con pinturas de caballos blancos con puntos negros.
Los científicos se concentraron en las representaciones de una especie concreta de caballo moteado, cuyas manchas responden a un fenotipo de caballo salvaje ya desaparecido, que pueden verse en las famosas pinturas de "Los caballos veteados de Pech-Merle" de Francia.
"Nuestros resultados sugieren que en algunos casos las pinturas prehistóricas están estrechamente relacionadas con la apariencia real de los animales retratados y que cualquier connotación simbólica o trascendental no está señalada por el color o el modelo de estas pinturas", afirmó el estudio.
Todos los fenotipos de color en los animales que se ven en estas pinturas, concluyen los investigadores, ha sido comprobado que existieron en poblaciones de caballos prehistóricas ya desaparecidas.
Recorrido histórico
Estudios anteriores de ADN antiguo sólo han descubierto evidencia de caballos cafés y negros durante esa era. Eso llevó a los científicos a preguntarse si los caballos moteados fueron reales o una fantasía del artista.
Para llegar a la genética del color del pelaje equino, un equipo internacional encabezado por el Instituto Leibniz de Zoología e Investigación de la Vida Silvestre, en Alemania, analizó ADN de huesos y dientes fosilizados de 31 caballos prehistóricos.
Las muestras fueron recolectadas en más de una decena de sitios arqueológicos en Siberia, Europa del este, Europa occidental y la Península Ibérica.Resultó que seis de los caballos tuvieron una mutación genética que origina un pelaje moteado, lo que sugiere que los artistas prehistóricos estaban pintando lo que veían.
El café fue el color de pelaje más común, encontrado en 18 caballos.Investigadores que no participaron en el estudio elogiaron el uso de la genética, diciendo que ésta apoya sus observaciones.
El paleoantropólogo John Shea, de la Universidad Stony Brook en Nueva York, dijo que no le sorprendió que los artistas de las cavernas estuvieran compenetrados con su entorno, ya que necesitaban saber todo lo que pudieran sobre su presa para cazarla .
"Estos artistas eran mejores observadores de su entorno natural de lo que son hoy muchos humanos", manifestó Shea a la agencia AP.
Sólo porque el arte de las cavernas estaba enraizado en la realidad no significa que los pintores de la Era Glacial carecían de creatividad.
El arqueólogo Paul Pettitt, de la Universidad de Sheffield en Inglaterra, dijo que los artistas prehistóricos eran "inmensamente creativos" y utilizaban técnicas como el matizado con carbón vegetal que aún se encuentran en el arte moderno.
Agencias El Universal
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