25.11.11 - JUAN GARCÍA RIBADESELLA.
El acto público celebrado en la tarde-noche de ayer en el Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo para presentar un nuevo libro sobre la cueva riosellana sirvió para alertar una vez más sobre los peligros de conservación que ésta corre. Fue el ex consejero de Cultura y Profesor de Filosofía, Jorge Fernández Bustillo, quien puso el dedo en la yaga. En primer lugar, reconoció los esfuerzos llevados a cabo por el Principado de Asturias para la conservación y el estudio de la cueva, «a veces en oposición a las pretensiones de los políticos locales». A continuación aseguró que ese trabajo aún no se ha acabado y lo que es peor, «las cosas no se han resuelto bien, por lo que seguirá habiendo problemas en relación con estos asuntos». Para el que también es hermano de quien da nombre a la caverna riosellana, la cueva de Tito Bustillo «corre serios y graves peligros de contaminación, muy especialmente por las áreas agropecuarias -también humanas- y por una serie de cuestiones que otros podrían explicar mejor que yo».
En la mesa, acompañando a Jorge Fernández Bustillo estaban el autor del libro, Miguel Polledo González, el profesor de prehistoria Marco de la Rasilla y la directora de la Agencia del Libro y Lectura del Principado, Agustina Álvarez, que acudió a la cita en sustitución del anunciado Director General de Patrimonio Cultural. Ninguno de ellos amplió detalles sobre los temores de Bustillo, pero en mente de todos estaba el necesario saneamiento del río San Miguel, proyecto que en la actualidad se encuentra a la espera de consignación presupuestaria. Nadie se refirió a otro factor contaminante del que se viene alertando desde hace un buen número de años, el eucalipto, planta que contribuye en la paulatina desecación de la cueva y todo el macizo de Ardines.
Al margen de estos importantes detalles, el autor de 'El Arte Paleolítico de Tito Bustillo. Cazadores y artistas en la cueva del Pozu'l Ramu' explicó que con su obra pretende hacer llegar la «enorme emoción que a mí me transmite la cueva». Unas sensaciones que Miguel Polledo traslada a sus futuros lectores al igual que hace cada día desde hace diez años en su profesión. El autor es guía en la cueva de Tito Bustillo y apuesta porque ésta continúe abierta al público. «La gente debe verla, debe acercarse al arte paleolítico para sensibilizarse sobre su necesaria conservación», afirmó. Su principal esperanza es que Tito Bustillo continúe abierta al público para que las nuevas generaciones «puedan emocionarse como yo». Tanto Fernández Bustillo como Marco de la Rasilla destacaron la «mesura» con la que completó su obra, en la que consiguió compaginar «el rigor de la ciencia con la divulgación». Un libro que para Bustillo es «inmejorable en su sistema expositivo, redacción y moderación». Una obra que además de demostrar el carácter profesional de su autor, también evidencia su objetividad.
El Comercio Digital (Asturias)
viernes, 25 de noviembre de 2011
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