Como algunos sabrán durante todo el Pleistoceno las biocenosis europeas estaban caracterizadas por una mayor diversidad y sobre todo por la presencia de especies de gran tamaño, al estilo de las sabanas africanas. Hoy día diversos estudios apuntan que la influencia de esta megafauna sobre el territorio debió resultar decisiva en el equilibrio natural de los ecosistemas, al tiempo que actuarían como especies paraguas. Por este motivo las iniciativas rewilding persiguen restablecer en los ecosistemas actuales el papel ecológico de los grandes mamíferos extintos.
Por centrarnos un poco; durante el Pleistoceno el clima osciló repetidamente entre un clima frío, o glacial, con extensos mantos de hielo cubriendo las latitudes más elevadas del planeta, especialmente en el Hemisferio Norte, y épocas cálidas, o interglaciares, en las que dichas zonas quedaban parcialmente descubiertas. Este esquema de ciclos de expansión contracción del manto polar se mantuvo estable durante los últimos 2,5 m.a., sucediéndose no menos de 5 periodos glaciares. De hecho el actual periodo Holoceno nos es más que una de esas fases templadas que comenzó hace unos 12.000 años con el fin de la última glaciación (Würm). Comparado con otros interglaciares se trata de un periodo anormalmente frío y estable (he dicho bien) como lo prueba el hecho de que durante los anteriores hipopótamos, elefantes y monos pudieron prosperar en la actual Inglaterra...
Capitán Malaspina
viernes, 23 de diciembre de 2011
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