Desde Turquía, el neolítico llegó al sudeste de Europa en el VI milenio y fue avanzando de este a oeste, y es la península balcánica la que ofrece los yacimientos de mayor antigüedad. El Danubio fue la ruta natural por la que el neolítico penetró hacia Europa central y occidental. Durante mil quinientos años sólo se extendió por la zona meridional europea, de clima más templado. A través del estudio de las formas y decoraciones de las cerámicas se puede ir siguiendo el camino de esta difusión, no sólo por tierra sino también por mar, ya que la otra gran ruta de expansión fue por vía marítima, a lo largo de las costas e islas del Mediterráneo.
En una segunda fase, la civilización neolítica llegó a regiones más septentrionales y occidentales, de clima más húmedo y frío, con lo que se produce una modificación en las especies de plantas y animales domesticados. A fines del V milenio, la cultura neolítica se había extendido por toda Europa, y empiezan a aparecer entonces síntomas de tensiones: algunos poblados se rodean de empalizadas, otros se emplazan en alturas...
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jueves, 8 de marzo de 2012
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