domingo, 10 de marzo de 2013

Ancient people and Neandertals were extreme travelers

Stone Age groups' leg bones, spears reflect remarkably long treks

The Stone Age could just as easily be called the Roam Age.

Two new studies published February 27 in the Journal of Human Evolution advance the idea that ancient people and Neandertals walked or ran far greater distances than any human groups that followed, including more recent hunter-gatherers and today’s long-distance runners. Fossils of humans and their beetle-browed evolutionary cousins display signs of extremely extended travel that occurred between roughly 120,000 and 10,000 years ago, Colin Shaw and Jay Stock, biological anthropologists at the University of Cambridge in England report in one of the studies. [...] Science News

Citations
D. Nash et al. Provenancing of silcrete raw materials indicates long-distance transport to Tsodilo Hills, Botswana, during the Middle Stone Age. Journal of Human Evolution. doi:10.1016/j.jhevol.2013.01.010. [Go to]
C. Shaw and J. Stock. Extreme mobility in the Late Pleistocene? Comparing limb biomechanics among fossil Homo, varsity athletes and Holocene foragers. Journal of Human Evolution. doi:10.1016/j.jhevol.2013.01.004. [Go to]

Actualización 11-03-13. El pasado viajero de los antecesores del ser humano
La Edad de Piedra podría llamarse igualmente la Edad Viajera.

Dos nuevos estudios publicados en la revista Journal of Human Evolution avanzan en la idea de que los pueblos antiguos y los neandertales caminaban o recorrían distancias mucho mayores que otros grupos humanos que les siguieron, entre ellos los más reciente cazadores-recolectores y corredores de larga distancia actuales. Los fósiles de seres humanos y de su primos evolutivos muestran signos de recorridos muy largos que se produjeron aproximadamente entre 120.000 y 10.000 años atrás, informan Colin Shaw y de Jay Stock, antropólogos biológicos de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, en un informe de los estudios. Shaw llega a la conclusión de que los habitantes en torno la Edad de Piedra, se movían considerablemente más que los africanos del sur que vinieron después, que cazaban en un área de 5.200 a 7.800 kilómetros cuadrados. Atletas altamente entrenados que corren hoy en día entre 130 y 160 kilómetros cada semana estarían en tercer lugar en esta comparación sobre movilidad.

Los ancestros humanos empezaron a vagar largas distancias alrededor de 1,7 millones de años atrás. La medida en que determinadas especies de la Edad de Piedra y grupos recorrían su hábitat ha sido siempre difícil de establecer.

Shaw y Stock hallaron apoyo a su argumento para una movilidad extrema entre los antiguos y los neandertales que se ha sido defendida en los últimos 15 años por Erik Trinkaus de la Universidad de Washington en St. Louis y Christopher Ruff, de la Johns Hopkins University. Las pistas vienen de huesos de piernas excepcionalmente robustos, la escasez de personas mayores en las muestras fósiles sugiere que la esperanza de vida era limitada debido a los rigores de un viaje constante, y la ausencia de lesiones óseas en los fósiles excavados habría evitado el movimiento vigoroso, dice Trinkaus.

Los antropólogos utilizaron un cálculo de la capacidad de la pierna para resistir la torsión y otras fuerzas para comparar la fuerza de las piernas de homínidos de la Edad de Piedra con la de los grupos humanos con niveles de actividad conocidos: corredores de equipo universitario de distancia, nadadores del equipo universitario, estudiantes universitarios no deportistas, habitantes de la isla Andaman de la década de 1800 que eran conocidos por nadar constantemente en búsqueda de alimentos, y cazadores-recolectores del sur de África que cazaban en un vasto territorio entre 11.000 y 2.000 años atrás.

Las antiguas piernas humanas y de Neandertal eran superiores sustancialmente a las de los cazadores-recolectores, que tenía piernas más fuertes que otros grupos. Los nadadores regulares cerraba la lista, quizás en parte porque la natación hace hincapié en la parte superior del cuerpo, sugieren los investigadores.

Los antropólogos no saben lo que mantuvo a los antiguos y a los neandertales en constante movimiento. Podría haber sido la caza mediante lanzas con punta de roca, según sugiere el segundo estudio. Los análisis químicos de puntas de lanza de piedra de un lugar del sur de África indican que las puntas de lanza de silcrete tienen una antigüedad de entre 54.000 y 94.000 años atrás; el silcrete, químicamente comparado, afloraba en un punto situado a más de 220 kilómetros de distancia, pero no en otros, situado a sólo 70 kilómetros de distancia,

Las misiones de reconocimiento para hallar rocas comenzaron cerca de la costa noroccidental del delta interior en lo que es ahora Botswana, propone el físico geógrafo David Nash, de la Universidad de Brighton en Inglaterra y sus colegas. Los viajeros se dirigian a varias fuentes de roca justo más allá de los confines meridionales del delta.

Viajes de esa medida, deberían haber implicado tanto la existencia de roca para recoger puntas de lanza y de caza y la poca existencia de peces disponibles para ser pescados al norte del delta, sugiere Nash. O que grupos intermediarios podrían haber recogido bloques de piedra y los transportaron hasta la mitad norte para su comercio. “No podemos decir con certeza lo que pasó”, dice Nash.

1 comentario:

salaman.es dijo...

Actualización. El pasado viajero de los antecesores del ser humano.