1/2. Bienvenido Martínez y Joan Madurell, codirectores del yacimiento de Incarcal / ICP |
En la Semana Santa de 1985 un joven estudiante de paleontología levantó su pico en una cantera de cal catalana conocida como Incarcal. La punta de acero cayó con todo el ímpetu de un chaval de 21 años. Y sonó raro al golpear el suelo. Sin querer, el estudiante acababa de agujerear el que incluso así es uno de los cráneos de dientes de sable mejor conservados de Europa. Había permanecido escondido bajo la tierra arcillosa de la cantera durante unos 1,4 millones de años. El cráneo, hoy expuesto en el Museo Arqueológico de Banyoles, sigue teniendo el agujero.
“El paleontólogo que diga que nunca ha roto un hueso es que nunca ha trabajado”, bromea hoy aquel estudiante, a punto de cumplir 50 años. Es Bienvenido Martínez, convertido en codirector del yacimiento, en el municipio de Crespià, [...] esmateria.com
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