jueves, 15 de mayo de 2014

«Si las cuevas con arte son vistas como motor turístico habrá que asumir su deterioro»

  • Sergio Sánchez-Moral Investigador del CSIC y responsable de los estudios de conservación de la Cueva de Altamira (2002-2012)
  • El experto en conservación del arte rupestre ofrece hoy en Ribadesella una charla organizada por la Universidad de Oviedo
La Universidad de Oviedo ha programado durante este curso académico lo que se ha denominado Aula de Arqueología donde, desde el pasado octubre, diferentes profesores e investigadores han trasladado a los alumnos su experiencia sobre distintos aspectos vinculados con la prehistoria. Este ciclo se cierra esta misma tarde en el Centro de Arte Rupestres de Tito Bustillo donde Sergio Sánchez-Moral, responsable de los estudios de conservación de la Cueva de Altamira entre 2002 y 2012 e investigador científico del Departamento de Geología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ofrecerá una charla sobre la conservación del arte rupestre.

-¿Cuál es el estado actual del arte rupestre asturiano?
-Lo cierto es que no sé como está actualmente ya que mi último contacto con las cuevas asturianas en el campo de la conservación del arte rupestre tuvo lugar en el año 2001. En ese año se nos encargó un estudio de valoración del estado de conservación de cinco cuevas asturianas relevantes (Tito Bustillo, La Loja, El Buxu, El Pindal, Candamo) y se entregó un informe en 2002. 

-¿Cómo estaban entonces?
-En ese momento las que presentaban mayores problemas de conservación eran Tito Bustillo y Candamo en las que la colonización microbiana afectaba directamente a los paneles de pinturas. En ese momento en ambas cavidades se podían distinguir incluso plantas superiores en gran parte de su recorrido. Ese hecho implica la presencia de luz y materia orgánica en cantidades suficientes pero nunca recomendables para la conservación del medio subterráneo que originalmente carece de luz y es muy pobre en materia orgánica.

-¿Es posible mejorar el estado en el que se encuentra el arte rupestre?
-Lo que es factible es no favorecer su deterioro. El buen estado de conservación de los paneles de pinturas y grabados en algunas cuevas se debe al mantenimiento de condiciones de gran estabilidad ambiental durante milenios. Esa estabilidad se da gracias a un alto grado de aislamiento de esas cuevas y en especial de las zonas que albergan esos paneles desde el cierre natural de la cavidad hasta su descubrimiento.

-¿Qué aspectos perjudican la conservación de estas pinturas?
-El propio descubrimiento de una cueva con arte rupestre implica un cambio en sus condiciones ambientales que puede ser irreversible si se procede a adaptar la cavidad a un uso turístico con sistemas de iluminación, movimientos de tierras y la aperturas de nuevas entradas. Esas nuevas entradas suponen vías de comunicación con el exterior que suponen una alteración del sistema subterráneo con un incremento de energía y materia orgánica que favorecen, entre otros problemas, el desarrollo de colonias microbianas que cubren las pinturas.

-¿Cuál es un buen método de conservación?
-El mejor ejemplo actual de muy buena conservación del arte rupestre que alberga en su interior es la Cueva de Chauvet, en Francia, cerrada al público desde su descubrimiento. En un seminario sobre conservación del patrimonio cultural en ambientes subterráneos que tuvo lugar el pasado marzo en Sevilla, Jean-Michel Genest dio una conferencia espléndida en la que explicó que la decisión del Ministerio de Cultura de Francia es que la cueva permanecería cerrada definitivamente para evitar los problemas de deterioro asociados al acondicionamiento turístico como los que sufrió la Cueva de Lascaux.

-¿Son compatibles las cuevas con arte rupestre y la actividad turística?
-Si las cuevas con arte son vistas como recurso económico o motor de desarrollo turístico habrá que asumir su deterioro en un cierto período de tiempo no muy largo.

-¿Cómo afecta, si es que lo hace, el actual contexto económico a la conservación del arte rupestre?
-No soy consciente de que lo afecte directamente. En general la disponibilidad de recursos para investigación científica se ha reducido drásticamente y, en mi opinión, sólo la investigación científica puede aportar el conocimiento suficientemente para que en el futuro puedan diseñarse nuevas medidas de conservación que permitan detener el deterioro que sufren todas aquellas cavidades abiertas al público.

-¿Destacaría algún aspecto del arte que alojan las cavidades del Oriente de Asturias?
-No soy experto en arte rupestre. He visto mucho pero siempre desde la perspectiva de su conservación. En mis numerosas charlas con el profesor Javier Fortea, verdadero experto en el tema, siempre me comentó que el arte rupestre de Asturias era esencial para conocer las claves de la evolución del arte Paleolítico. TERRY BASTERRA / elcomercio.es/

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Actualización 17-05-14: Objetivo, salvar las pinturas rupestres - La Nueva España
El investigador del CSIC Sergio Sánchez Moral ve "imprescindible" monitorizar las cuevas con yacimientos prehistóricos para saber "por qué se deterioran"

"Es imprescindible monitorizar e investigar las cuevas para aprender por qué se deterioran". Así opina el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Sergio Sánchez Moral, que impartió una conferencia en el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, dentro del aula de arqueología organizada por la Universidad de Oviedo. El científico, especialista en conservación, ha trabajado durante veinte años en la cueva de Altamira, en Cantabria, y en varios yacimientos asturianos, donde participó en una experiencia de monitorización, un sistema que mide factores como temperatura, humedad, gases y partículas en suspensión en el interior de las grutas.

A Sánchez Moral le parece "muy bien" la propuesta que formuló el Consorcio de Entidades para el Desarrollo Rural del Oriente de Asturias para monitorizar las cuevas asturianas. La entidad planteó diseñar un plan de visitas individualizado y aportar mayor atractivo al visitante, que podría ver centralizada esta información en el edificio de entrada de Tito Bustillo.

"Monitorizando y obteniendo datos podemos medir cómo estaba y cómo está, y saber cómo evoluciona su estado de conservación a lo largo del tiempo", dijo. No vale "la memoria, las subjetividades y las opiniones sobre el progreso o no de los procesos de deterioro" e incide en que la monitorización "es la manera de aprender por qué se está deteriorando y qué medidas pueden tomarse para que el deterioro no progrese". Y es "fundamental" explicar al público "por qué en ocasiones se establecen medidas que limitan el acceso", añadió.

El investigador expuso cómo han evolucionado las metodologías y las conclusiones de los estudios de conservación en las cuevas. "Hace treinta años, para datar una pintura con carbono 14 hacía falta tomar una muestra de un gramo y ahora con un miligramo vale", explicó, antes de subrayar que "la afección que haces al panel es, después de años de investigación, mil veces menor", tanto en el sentido literal como en el figurado. Después de dos décadas trabajando en Altamira, el equipo de Sánchez ha concluido que "si los gestores deciden que las cuevas se visiten, deben asumir que su deterioro progresará en cierto grado" y matiza que los científicos no son quienes determinan "si el deterioro es asumible o no, eso lo hacen los gestores". Precisamente en la cueva de Altamira los segundos decidieron desoír el criterio de los primeros -un equipo en el que participaba Sergio Sánchez- y reabrieron la cueva a las visitas.

No tiene "opinión personal sobre si el arte rupestre debe ser necesariamente expuesto a la visita turística o no", y si la tuviera no la daría, pues perdería su "objetividad profesional", que está en la conservación. "Realizamos investigaciones para conocer los mecanismos de deterioro y de esa forma poder diseñar medidas correctoras para que ese deterioro no progrese" apunta y añade que, a continuación, "se intenta que esas medidas correctoras sean poco activas, porque cualquier cambio que hagas en una cueva producirá una respuesta del ecosistema, que se reajusta para volver a adaptarse al cambio de las condiciones ambientales".

Las medidas correctoras han de ir encaminadas "a que los procesos de deterioro se minimicen", pues no es posible detenerlos. Sin embargo, el tiempo y la investigación científica aplicada a la conservación de las cuevas con arte rupestre sí permite saber cada vez más sobre "lo que no se debe hacer" y se van obteniendo resultados cada vez más útiles. El único camino para que un futuro pueda compatibilizarse el uso y la conservación de las cavidades que albergan arte rupestre es seguir estudiando", añadió.

1 comentario:

salaman.es dijo...

Actualización: Objetivo, salvar las pinturas rupestres - La Nueva España