Bermúdez de Castro ofreció una conferencia sobre los cambios en el cerebro dentro de la Semana Mujer y Ciencia.
Cuando el Equipo de
Atapuerca dio a conocer en 1997 al Homo antecessor, la nueva especie
encontrada en los yacimientos de Gran Dolina con una antigüedad de
780.000 años, lo definieron como «el ancestro común de neandertales y
sapiens». Dentro de la rama evolutiva lo situaban como el antepasado del
Homo heidelbergensis, que más tarde llevaría a los neandertales y a los
seres humanos anatómicamente modernos. Retrocediéndonos aún más en el
árbol genealógico, Antecessor provendría del Homo ergaster, el primer
homo que abandonó el continente africano, que en Asia evolucionaría en
el Homo erectus y en Europa en el Homo de Gran Dolina.
Esa teoría está hoy
aceptada, aunque la comunidad científica tardó años en admitirlo. Ahora,
los últimos estudios liderados por José María Bermúdez de Castro están
dando unos resultados aún más reveladores, que hablan de un parentesco
con una comunidad más amplia:«Estamos probando que en Homo antecessor se
dan una combinación de características extrañas: tiene rasgos de
neandertales, rasgos modernos, otros más primitivos, derivados,
compartidos con los fósiles chinos... Todavía estamos estudiándolo, pero
la última palabra aún no está dicha y espero poder ratificarlo
próximamente en una publicación», sostiene el científico, para quien la
especie aparecida en Atapuerca corresponde a un linaje más importante de
lo que hasta ahora se creía. [...] diariodeburgos.es
sábado, 7 de marzo de 2015
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