sábado, 25 de julio de 2015

Otros magos de la paleta, los arqueólogos de Aranzadi

Verano es la gran época de excavaciones arqueológicas. Se aprovecha el clima benigno y la disponibilidad de los estudiantes y otros posibles voluntarios. La sociedad de ciencias Aranzadi acometerá trabajos en muchos lugares.

Cuatro meses en Praileaitz. La campaña de este año en Praileaitz (Deba) va a ser larga, de cuatro meses, merced a la decisión de la Diputación saliente. Echó a andar a comienzos de junio y ya hay un resultado evidente: tras retirar una gran cantidad de sedimentos, se puede ver lo que era la entrada a la cavidad por la que circulaban los hombres y mujeres neanderthales. El director de los trabajos, Xabier Peñalver, ya sospechaba que tenía que haber otra entrada, más antigua, y el año pasado se avistó: no pasaba de ser un pequeño agujero del tamaño de una cabeza humana. A base de gritar desde el interior y escuchar desde el exterior, se dio con ese agujero, que estaba semitapado por hojarasca y helechos.

De agujerito a gran cavidad. El año pasado, la nueva entrada de Praileaitz era un agujero del tamaño de una cabeza humana. Tras retirar los sedimentos, ahora el aspecto es muy diferente. / PEÑAL
«Hemos retirado muchos materiales. Cribamos la tierra y la llevamos lejos. Ha sido dificultoso. Intuimos que la nueva entrada iba a resultar tan grande como la anterior. Ya han empezado a aparecer los primeros restos de animales. Creemos que nos encontraremos con niveles del paleolítico Superior e incluso del neanderthal», declara Xabier Peñalver, la persona que hace unos años se topó allí con los famosos colgantes de piedra negra.

Peñalver recuerda que «esta nueva cavidad obliga a repensar la protección de la zona. Las voladuras de la cantera siguen, la Diputación pidió al Gobierno Vasco el pasado año pasar de los 50 metros de protección a los 100, pero Lakua no ha respondido aún». [...] diariovasco.com


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