Encuentran en la Sierra de Gádor huesos que prueban, por primera vez,
la existencia de estos animales en la provincia Se trata de un ejemplar
antecesor del oso pardo
Rafael Espino. David Martínez nació con una afición bajo el brazo, la de explorar. Su
única intención era descubrir. No le importaba donde, aunque, si podía
elegir, haría vida dentro de una cueva. Es una afición que le viene de
largo. Este vecino de Alhama de Almería, ahora con 51 años, ya había
hecho un curso de espeleología con apenas 17. No había cavidad que se le
resistiera. Así que cuando se le acabaron las que tenía a mano... pidió
ayuda. José, un hombre que se dedicaba a coger esparto, le echó una
mano. La única premisa que David y sus amigos le pusieron era que las
cuevas fueran naturales, las minas ya estaba alteradas y lo que a estos
muchachos les ponía era presenciar las formas que el paso del tiempo
esculpe en la roca.
José les guió monte arriba. A unos cuantos kilómetros de Alhama,
en la zona suroccidental de la sierra de Gádor, y ya en el término
municipal de Felix, casi a 1.700 metros de altura. "Al llegar a la boca
de la cueva nos dijo. Ahí la tenéis", explica David. "Íbamos dos o tres
jóvenes de dieciséis o diecisiete años. La cueva es muy grande. Nos
metimos por una gatera que había al final y fue justo cuando vimos los
huesos. Al salir, José nos dijo que a la cavidad se la conocía como la
cueva del burro", comenta David Martínez.
"El hombre no sabía que había huesos. Ahí nadie sabía que había. Están en la parte más recóndita".
La cueva había sufrido un desprendimiento. Así que parte de los
restos se encontraban fraccionados. David y sus compañeros decidieron
coger varios de estos y meterlos en una bolsa. "Antes no había Seprona
ni Policía del Patrimonio. Así que los llevamos al yacimiento de Los
Millares. Estábamos seguros de que nos iban a ayudar. No teníamos ni
idea si eran de animal o incluso de personas, pero sí sabíamos que eran
huesos antiguos por la formación calcárea que los revestían. Así que
quisimos ponerlo en conocimiento", agrega David.
Sin embargo, poco o nada subieron de los huesos que entregaron.
Probablemente, se perdieron. Les dijeron que podía ser un oso
cavernario, pero lo cierto es que nadie se acercó hasta la cueva ni se
hizo un estudio de los huesos para analizar sus características y
determinar el animal y la época.
Sin embargo, casi 30 años después, y con todo un especialista a
su lado, David volvió a introducirse en la cueva. "Fue una satisfacción
ver los huesos después de tantos años. Saber que seguían allí...". Junto
a David se encontraba Bienvenido Martínez-Navarro, perteneciente al
Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), y
responsable de la dirección de paleontología y codirector de las
excavaciones que se están llevando a efecto por un equipo
multidisciplinar, financiado por la Junta de Andalucía, en el yacimiento
paleontológico de Orce (Granada).
Bienvenido certificó queque los huesos hallados en la cima
pertenecen a un plantígrado (oso) y que pendiente de un estudio
pormenorizado, datarían del periodo del holoceno, de hace
aproximadamente 7.000 u 8.000 años.
Según se desprende del informe del prestigioso Bienvenido
Martínez-Navarro, el hallazgo adquiere una gran relevancia dado hasta
ahora no se habían hallado vestigios de la presencia de este plantígrado
en una zona tan meridional de la península ibérica, ya que estos
plantígrados son los antecesores de los actuales osos pardos. Se tratan,
por tanto, de los restos localizados más al sur de Europa.
Estos osos vivieron desde hace 250.000 años hasta hace unos
8.000 años que se extinguieron. Median más de tres metros de altura y
pesaban más de 400 kilos. Vivian en cuevas donde hibernaban, de ahí que
la mayoría de restos óseos hallados se encuentren fosilizados.
El oso se considera una especie relativamente reciente en su
aparición en el planeta, estimándose que su antepasado fue un mamífero
hoy extinguido llamado Hemicyon, que se considera antepasado del oso y
las hienas y que daría paso a otro antecesor más, el Ursavus, que habitó
hace unos 20 millones de años, estimándose que el oso pardo actual
apareció como especie en el Pleistoceno Inferior.
Las referencias históricas sobre los osos en la provincia están
registradas sobre escritos, pero hasta ahora no ha existido la certeza
mediante el hallazgo de restos. Se habla del Barranco del Oso y la
Rambla del Oso en Albox, Piedra Lobera en Lúcar o el Barranco del Oso de
Zurgena, pero en ninguna de estas localidades de la provincia se ha
localizado ningún resto hasta el momento.
Jerónimo Münzer, viajero de origen alemán, relata en sus
andanzas que en los montes de Almería "tienen tantos ciervos, osos,
gamos y conejos, principalmente jabalíes, que parece increíble". El
texto fue plasmado en el año 1949. La historia no oficial narra que el
declive de estas especies se produce desde el momento en que este
territorio se ve bajo el mando de la cristianización. elalmeria.es/
domingo, 6 de noviembre de 2016
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