Bisontes de las cuevas de Altamira. PEDRO SAURAMNCIA |
La cueva de Altamira es, en palabras de la directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, Pilar Fatás, "un enfermo crónico que siempre está en cuidados intensivos". Esta aseveración se basa principalmente en dos factores: los goteos que sufre el techo de la caverna -donde se encuentran las icónicas figuras de bisontes, que se estima que datan de hace unos 14.000 años- y el aumento de la temperatura que se viene dando en su interior desde hace cuatro años y que ha aumentado en aproximadamente un grado y medio.
"Se está observando una subida de la temperatura media en la cueva y se están estudiando cuáles pueden ser las posibles causas. No tienen por qué ser exclusivamente antrópicas, por la entrada de visitantes y científicos, sino que puede haber otros muchos factores externos que influyan y uno de ellos podría ser, perfectamente, el cambio climático... EL MUNDO
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