La gruta de Ribadesella era en el Paleolítico una residencia permanente, y la de Cangas, estacional del mismo grupo de población, según un equipo de la UNED
Lo que hasta ahora era una sospecha ha adquirido ya rango de hipótesis: las cuevas de Tito Bustillo, en Ribadesella, y El Buxu, en Cangas de Onís, fueron ocupadas en el Paleolítico por el mismo grupo humano. Un equipo multidisciplinar de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), tras dos años de trabajo, ha concluido que la cueva riosellana era residencia permanente de una población numerosa, integrada quizá por varios cientos de individuos, los mismos que ocupaban de forma estacional, seguramente en época de caza, la gruta canguesa.
Los arqueólogos tenían desde hace años esta sospecha, a la vista de la escasa distancia entre ambas cuevas, unos 12 kilómetros, su situación en el valle del Sella y el hecho de que a la entrada de El Buxu se hubieran encontrado hogares y espacios en los que se conservaba la carne procedente de la caza. Ahora los investigadores han comprobado que algunas de las pinturas de las dos grutas fueron realizadas en el mismo período.
El equipo de trabajo estaba integrado por químicos, físicos, geólogos y arqueólogos. Entre estos últimos figuraba Rodrigo de Balbín-Behrmann, el investigador que mejor conoce Tito Bustillo, puesto que estudia la cueva desde 1974, y que estaba especialmente interesado en conocer la composición de los materiales de las pinturas de las dos cuevas y en la posible relación entre ambas...
La Nueva España
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jueves, 16 de febrero de 2012
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