Los grandes mamuts del Pleistoceno tenían sangre “anticongelante” que les permitía mantener su cuerpo en perfectas condiciones aún cuando las temperaturas eran extremadamente bajas, según se desprende de un estudio publicado en Nature Genetics.
Para llegar a esta conclusión, los científicos han secuenciado los genes de la hemoglobina procedentes de tres mamuts siberianos, de hace diez mil años de antigüedad, que se conservaron en el permafrost, la capa de hielo permanente situada en los niveles superficiales del suelo en las regiones muy frías, como los polos.
La hemoglobina es una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos sanguíneos y que se ocupa de la circulación del oxígeno a través de la sangre, recogiéndolo en los pulmones y transportándolos hasta los tejidos. El análisis mostró que en estos animales prehistóricos la hemoglobina había sufrido una serie de mutaciones que le permitía liberar el oxígeno incluso a muy bajas temperaturas, una capacidad que normalmente se ve inhibida cuando los termómetros descienden por debajo de cero grados.
“Ha sido como viajar atrás en el tiempo y tomar una muestra de sangre de un mamut” afirma Kevin Campbell, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Manitoba (Canadá) Según su compañero Alan Cooper, director del Centro Australiano de ADN de la universidad de Adelaida, ha sido muy significativo poder “traer de vuelta una compleja proteína de una especie extinta de nuevo a la vida y descubrir importantes cambios bioquímicos que no se encuentran en ninguna especie viviente”
Gran Valparaíso
lunes, 12 de marzo de 2012
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