sábado, 18 de enero de 2014

El Patronato anunciará hoy la reapertura de Altamira tras doce años

La histórica medida, con el informe favorable de los investigadores, contempla un régimen de visitas sometido a controles «severos, rigurosos y pautados»


Altamira se reabrirá al público con restricciones tras doce años de cierre ininterrumpido. Las pinturas, consideradas la ‘capilla sixtina’ del arte Paleolítico, volverán a ver la luz. El Patronato de Altamira, convocado en la mañana de hoy en el Museo y Centro de Interpretación de Santillana del Mar, anunciará que la cueva, cerrada a los visitantes desde febrero de 2002, volverá a recibir visitantes de acuerdo con el informe favorable de los investigadores.

Las pinturas de arte rupestre más importantes del mundo, entre ellas el famoso bisonte, estarán sometidas, no obstante, a un régimen de visitas estrictamente limitado y a muy rigurosos controles de la cavidad. La reapertura, que se aprobará hoy, supone un nuevo paso histórico en el complejo equilibrio que mantiene la cueva en su condición de icono cultural y turístico universal y la necesidad de preservar su patrimonio. Además representa un hito para el futuro de Cantabria, dado que rescata y revaloriza su mayor símbolo patrimonial en el mundo. 

Los detalles de los criterios de acceso a la cueva se desvelarán hoy. Es decir, el cómo y el quién de acuerdo a las diversas estaciones del año y la evolución de la propia cueva. Para ello los informes de los investigadores serán determinantes, aunque existe el antecedente de dos décadas (1982-2002) de visitas limitadas.

Atrás quedan sucesivos trabajos que o bien desaconsejaban una nueva apertura o bien abrían la puerta a una futura tanda de visitas en las condiciones que indicaran los expertos. La decisión del Patronato tiene su origen en las últimas investigaciones abordadas por los expertos que iniciaron su labor en septiembre de 2012 y que han conducido a este anuncio histórico.

Analizadas las condiciones actuales de la cueva su reapertura será efectiva en plazos que se desvelarán de acuerdo a «un régimen muy severo, riguroso y pautado» de visitas. En realidad, Altamira puede vivir en este 2014 el inicio de una nueva etapa que vuelve a la situación originada en 1982, cuando se optó por una reapertura de la cueva con visitas restringidas sometidas a la sucesión regular de los estudios del CSIC. Antes la cueva original ya había sido sometida a un primer cierre parcial en 1977. 

La última reunión del Patronato, que reanudó en 2012 sus reuniones periódicas tras un largo paréntesis por desavenencias políticas entre las administraciones que lo integran, ya apuntó entre sus conclusiones una clara posibilidad de reapertura. Fue en junio del pasado año cuando los investigadores llegaron a asegurar que «las pinturas de Altamira no corren peligro». Cincuenta expertos, tras los primeros ocho meses de estudios, se inclinaban por no descartar reabrir la cueva a visitas controladas, tras certificar que «evoluciona según su proceso natural», subrayaron públicamente el pasado verano ante la presencia del presidente regional Ignacio Diego, y del secretario de Estado de Cultura, el santanderino José María Lassalle.

Los expertos apuntan ahora que los análisis más recientes revelan un dato contundente: en la actualidad, el arte de las cuevas más famosas del mundo «evoluciona naturalmente y no se halla en peligro». En esa última convocatoria, no obstante, se mostraron prudentes a la hora de anticipar decisiones sobre el futuro público y social del sitio prehistórico de Santillana.

Los investigadores apelaron a lo «provisional» de esas primeras conclusiones, dado que al actual programa aún le resta oficialmente más de medio año de estudios meticulosos por parte de esos cincuenta especialistas. En todo caso, ya se avanzó que, de persistir el estado ahora detectado en la cueva, «podría llegar a plantearse su reapertura, siempre a través de un régimen de visitas controlado que permita garantizar el equilibrio entre la conservación y su puesta en valor social».

En cualquier caso, los expertos subrayaron que sería impensable recobrar una apertura masiva de la cavidad con las cifras de visitantes registradas en los años setenta. El director científico y la coordinadora del denominado ‘Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira’, Gaël de Guichen, y la investigadora Marián del Egido concluyeron tras la reunión del Patronato que «las pinturas de la cueva de Altamira no corren peligro».

Aunque fuera prematura cualquier decisión, los expertos especificaron la necesidad de trabajar en la búsqueda de soluciones intermedias que permitan el equilibrio entre «visitas y conservación».

De Guichen matizó de manera firme que resulta «impensable que vuelvan a entrar 177.000 personas al año a la cueva, pero es preciso buscar una solución intermedia para poder mostrar esta maravilla al tiempo que se conservan sus pinturas». Los análisis ya invitaban a estudiar una futura reapertura de la cavidad siempre que se garantice ese equilibrio. Marián del Egido precisó, el pasado año, que para dar cualquier paso en esa dirección «necesitamos estar seguros» y subrayaba que aún falta un trayecto importante de la investigación. Y Gaël de Guichen hacía hincapié en la necesidad de determinar ese «punto de equilibrio» entre la conservación de la cueva y las pinturas y su disfrute público para lo cual se deberán «analizar más datos de los distintos grupos de trabajo».

Hace precisamente tres años, durante la presidencia de Miguel Ángel Revilla, se llegó a anunciar una reapertura de la cueva que no se concretó finalmente. La medida que anunciará hoy el Patronato se suma a la vida de unas cuevas que fueron descubiertas en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María. Cabe recordar, además, que hace cinco años la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad 17 cuevas prehistóricas de la cornisa cantábrica. 

En agosto de hace dos años se aprobaba un programa de investigación destinado a revelar precisamente si en 2014 sería posible establecer un régimen de visitas a la cueva. Cuarenta y ocho investigadores en cinco equipos comenzaron a abordar el actual estudio destinado a elaborar propuestas de conservación y sostenibilidad, que ha conducido hasta esta decisión histórica que supone la reapertura de Altamira.

Ignacio Diego presidirá un pleno en el que estará también Botín

El Patronato de Altamira está formado actualmente por el presidente de Cantabria, Ignacio Diego; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Serna. También forman parte de este organismo el presidente de la Fundación Botín, Emilio Botín –que no pudo acudir al último pleno del Patronato, pero hoy sí estará presente–, que ejerce las funciones de vicepresidente; el rector de la Universidad de Cantabria, José Carlos Gómez Sal; el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, César Nombela; el director del Museo Altamira, José Antonio Lasheras; el subdirector general de Museos Estatales, Enrique Varela; el director de Cuevas Prehistóricas, Roberto Ontañon; el director del Museo Arqueológico Nacional, Andrés Carretero; el director de Museos Prehistóricos de Cantabria, Pedro Fernández; los directores generales de Cultura y Bellas Artes, Joaquín Solanas y Jesús Prieto, respectivamente; y el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago.

En la anterior reunión del Patronato, celebrada el 15 de junio de 2013, el presidente cántabro, Ignacio Diego, explicó que «todos los ciudadanos están preocupados por lo que sucede con Altamira» y por ello calificó de «ilusionante» el momento derivado de las investigaciones impulsadas por el propio Patronato un año antes, cuando se decidió encargar un nuevo estudio científico para determinar la «posibilidad» de volver a retomar el acceso «controlado» de visitas a la cavidad cántabra. Guillermo Balbona / eldiariomontanes.es

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Santander, 22 ene (EFE).- El director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras, sostiene que es pronto para saber si los estudios científicos determinarán la apertura de la cueva, cerrada desde 2002, pero avisa de que, si al final se propone retomar las visitas, serán "muy escasas" y con un control "muy notable".

Este pasado fin de semana el Patronato de Altamira acordó que la cueva prehistórica situada en Santillana del Mar (Cantabria) reciba, de forma experimental, visitantes y eso permita analizar el impacto de la presencia humana antes de decidir definitivamente si se reabre o no al público.

Esas visitas experimentales se harán durante 37 minutos, con cinco personas más el guía cada semana, para dar continuidad a los estudios sobre el estado de la cueva que se realizan desde septiembre de 2012.
Esta nueva fase de los estudios podría considerarse, según comenta Lasheras en una entrevista con Efe, como unos "experimentos científicos con visitas".

Comenzarán en breve, aunque no se ha concretado fecha, y para ello ya se está formado al personal que trabaja de cara al público en el Museo de Altamira.

El sistema para seleccionar a quienes accedan a la cueva será con un sorteo, al que podrán apuntarse las personas que ese mismo día visiten el Museo.

Lasheras, que lleva veinte años al frente del Museo y Centro de Investigación de Altamira, destaca que a todo el mundo le gustaría que todos los visitantes -rondan los 250.000 anuales- pudieran entrar en la cueva, pero precisa que eso sería "incompatible" con la conservación de este bien, Patrimonio de la Unesco desde 1985.

Con este sistema de sorteo que ha aprobado el Patronato, se espera, "que la satisfacción que se va a dar a algunas personas sea también colectiva", y supere a "la frustración" de quienes no sean elegidos.

El director del Museo recuerda que Altamira ha estado sometida a periodos de cierre para su preservación no solo en los últimos años, sino también en otras etapas de su historia reciente (por ejemplo, de 1979 a 1982).

De hecho, de 1982 a 2002 la cueva estuvo abierta con un cupo de visitas que "variaba mes a mes", en función de la estación del año, con unas 8.000 personas anuales y una media de 20 ó 25 al día.

"En mayo entraban solo dos grupos de cinco personas al día y en octubre entraban ocho grupos de cinco personas al día, con todas las situaciones intermedias en los otros meses", comenta el director del Museo.

Pero con esas cifras de visitantes, en esa época se detectaron ya "riesgos" que obligaron a proponer el cierre de Altamira, explica Lasheras.

Por eso, avisa de que cuando se conozca el resultado de los estudios científicos -a partir de agosto-, la recomendación "puede ser perfectamente que la cueva tenga que seguir sin visitas públicas".

Y recalca que, si al final se aprueba algún régimen de visitas que sea compatible con la conservación, "siempre será bajo condiciones de control muy notables" y "muy estrictas".

Además, esa entrada de visitantes sería "muy escasa", "si es que lo hay". "Pero estamos lejos de saber cuál será la recomendación", apostilla el director del Museo.

A los 'afortunados' que puedan acceder a Altamira, Lasheras hace una recomendación: "Que se relajen, disfruten y se dejen llevar por las emociones".

En la visita experimental que se ha diseñado se recorrerán aproximadamente la mitad de los 270 metros lineales de la cueva, y quienes la hagan contemplarán los ejemplos más significativos del arte del Paleolítico que encierra Altamira.

Y en la zona de Policromos, donde se encuentran los famosos bisontes de Altamira, los visitantes permanecerán menos de diez minutos.

José Antonio Lasheras incide en que no se olvidan las 4.700 cartas de interesados de todo el mundo en visitar Altamira y que forman una lista de espera que se cerró en 2002.

Según comenta, el compromiso es "utilizarla" si en algún momento Altamira vuelve a abrirse, pero ese no es el caso ahora, ya que el número de visitas experimentales es tan "exiguo" que se decidió recurrir a otro sistema. Pilar Palazuelos


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Sánchez del Moral y Juan Carlos Cañaveras, de la Universidad Autónoma de Madrid, junto con otros investigadores, llevaban más de una década controlando el delicadísimo ecosistema interior de la cueva que acoge las pinturas rupestres más famosas del mundo, Patrimonio de la Humanidad, es decir, de todos, no de los cántabros, ni siquiera de los españoles, ni de los europeos...


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"Yo para hablar del pasado, sirvo, para hablar del futuro, mal", ironiza Lasheras sobre el futuro de la cueva

EUROPA PRESS. Las visitas experimentales a la cueva de Altamira (Cantabria) no comenzarán hasta, al menos, "finales de febrero", hasta que no se reúna el grupo de investigación y presente su plan de visita.
"Estamos muy lejos de que se inicien las visitas", ha asegurado en declaraciones a Europa Press, el director del Museo de Altamira, el historiador y científico, José Antonio Lasheras, quien ha hecho un llamamiento a la "tranquilidad".

Ha reconocido que la "avalancha" de llamadas al Museo que hubo en las siguientes horas a saltar la noticia de las visitas experimentales en la reunión celebrada en el Patronato de Altamira el pasado 18 de enero --sobre todo de personas que se encontraban en la lista de espera cuando se cerró la cueva hace doce años-- ya ha pasado y esta semana todo ha ido ya "normal".

Según ha opinado, "ya todo el mundo entiende" que se trata de visitas "muy concretas", "previstas" dentro del Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso a la Cueva que se viene realizando desde 2012 y que tiene como fecha de conclusión el próximo septiembre aproximadamente, con lo que debe el trabajado debe estar acabado y con el informe de resultados redactado este mismo otoño.

"CONVICCIÓN" EN QUE SE ESTÁ HACIENDO LO "ADECUADO"

Más que con la "esperanza" de que este estudio permita confirmar la reapertura al público de Altamira, Lasheras lo afronta con la "convicción" y "satisfacción" de que se está haciendo, a su juicio, "conveniente" y lo "adecuado" para la conservación de Altamira, "con independencia de que el resultado sea uno u otro".

"En estos momentos lo que yo crea al respecto... Además, yo para hablar del pasado, sirvo, para hablar del futuro, mal", ha ironizado Lasheras, que ha señalado que, como historiador y científico, trabaja "con datos, no con creencias".

Ha explicado que en este momento "lo que se ofrece es disfrutar conociendo Altamira en este momento", a través del Museo. "Lo que pueda ofrecer en el futuro es otra cosa y no se puede avanzar nada", ha dicho.

Sí ha reconocido que las "pocas personas" que podrán participar en las visitas experimentales en Altamira van a sentir una "satisfacción enorme" y una experiencia que, "para muchos, resultará inolvidable".

Sin embargo, ha resaltando que también las 240.000 personas que entraron en el Museo de Altamira en 2013 se fueron "satisfechas" y, más de un 90 por ciento, calificaron de "excelente" la visita.

LOS SORTEOS "SIN PREVIO AVISO PÚBLICO"

En cuanto a los sorteos, ha explicado que "no hay nada decidido al respecto todavía", aunque cree que "lo normal" es que los sorteos sean "sin previo aviso público".
"Yo ahora mismo no sé si el grupo que tiene que evaluar esas visitas estará en condiciones de preverlas con mucha antelación", ha aseverado, quien cree que, para informar de ellas, el Museo se limitará a colgar un cartel en la taquilla el día que haya visita para que los interesados en participar en el sorteo se apunten. "No hace falta más", ha añadido.

Estas visitas experimentales, que tendrán una duración de 37 minutos, durarán, según lo previsto, hasta agosto, cuando se esperan las conclusiones de los investigadores sobre el estado de conservación de la cavidad y sus pinturas, por las que se la conoce como la 'Capilla Sixtina' del arte rupestre paleolítico, y se determine también la posible reapertura al público.

Se llevarán a cabo en base a un protocolo y controles "muy estrictos", establecidos en la primera fase del programa científico, y de acuerdo con los cuales los visitantes del Museo que accedan a la cavidad deberán usar la misma vestimenta y calzado que utilizan los investigadores. Así, tendrán que llevar monos desechables, gorros, guantes, mascarillas y un calzado especial, que se someterá además al lavado de suela y desinfección.

También se controlarán determinados parámetros, como la estancia en cada zona de la cueva o la iluminación, y se evitará el contacto con la roca o la toma de imágenes, todo ello para minimizar el posible impacto de la presencia humana. En el transcurso de la visita se controlará en el interior de la cavidad la temperatura del aire y de la roca, la humedad, la contaminación microbiológica, las aguas de infiltración o el CO2.

Sí se establecerá una "edad límite" para las visitas. Además de la edad, Lasheras recuerda que la cueva "no es accesible" por lo que se recomendará que las personas con problemas de movilidad no entren, lo mismo que aquellas que padezcan claustrofobia o tengan problemas respiratorios ante la humedad de la misma.

7 comentarios:

salaman.es dijo...

Actualización. Cinco personas entrarán una vez por semana en Altamira hasta agosto

salaman.es dijo...

Actualización. Altamira volverá a recibir visitas

salaman.es dijo...

Actualización. El PRC acusa al Gobierno de "fraude" por "vender como reapertura un experimento"

salaman.es dijo...

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salaman.es dijo...

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salaman.es dijo...

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salaman.es dijo...

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