Pintura rupestre que es símbolo del Parque Nacional da Serra da Capivara, en el Piauí, nordeste del país. / Toni Pires |
El parque arqueológico del estado más pobre del país fortalece la tesis de que el hombre llegó al continente hace 100.000 años. El lugar, sin embargo, está abandonado
La investigadora franco-brasileña Niéde Guidon, de 81
años, se encontraba en una exposición de pintura en el Museu do Ipiranga
(São Paulo), al principio de los años setenta, cuando un hombre se le
acercó y le dijo:
-En mi ciudad hay un montón de dibujos como estos.
Guidon, que en esa época era profesora de la École des Hautes Études en Sciences Sociales
de Paris, organizó junto a otros investigadores un viaje a São Raimundo
Nonato, un municipio del Polígono das Secas, ubicado en el interior de
Piauí, un estado del norte de Brasil. Al llegar, los moradores la
llevaron a un cobijo de piedra –similar a una caverna, pero menos
profundo- en cuyas paredes estaban entalladas imágenes de animales en
rojo y escenas de baile, sexo y caza. Guidon decidió entonces dedicarse a
la investigación en este lugar. Y allí se quedó.
Un patrimonio de la humanidad abandonado
La falta de presupuesto para pagar funcionarios coloca en riesgo sitios con pinturas rupestres, que ya reciben pocos turistas...
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