Concha Cirujano, del equipo científico que trabaja en la cueva, asegura que las entradas experimentales están teniendo "menos impacto del que podíamos prever"
Unas 80 personas han pasado ya por la cueva original de Altamira
desde que se abrió al público de forma experimental el pasado 28 de
febrero. El objetivo de estas entradas es medir el impacto de la
presencia humana en su conservación, y esos trabajos ya apuntan a que
“hasta ahora” el impacto ha sido “mínimo”. Es más, la coordinadora
adjunta del programa científico, Concha Cirujano, asegura que “incluso
podríamos decir que tiene menos impacto del que podíamos prever”.
Cirujano arqueóloga del Instituto de Patrimonio Cultural, ha
explicado en una entrevista en Hora 14 de Ser-Cantabria que está
prevista una reunión del equipo científico que trabaja en la cueva en
julio y que se mantiene la previsión de iniciar en agosto la redacción
de las primeras conclusiones para poder presentarlas después al
Patronato de las Cuevas, que será el que tome la decisiones sobre el
futuro de los originales.
Desde el 27 de febrero, en la cueva entran
cinco personas, acompañadas por dos guías, cada semana. Visitas que se
eligen por riguroso sorteo entre quienes se acercan a ver el Museo y la
réplica, y se apuntan para ello. Son 37 minutos, ocho de los cuales
transcurren en la sala de polícromos bajo estrictas medidas de
seguridad.
En mayo, Gaël de Guichen, director científico del programa de
conservación, señalaba que sus últimos estudios muestran que, durante la
visita experimental, la temperatura aumenta de 14,2 a 14,35 grados, y
que se recupera la normalidad una hora más tarde. De Guichen tiene algo
claro: “La conservación preventiva no es la conservación de los
ayatolás, de cerrarlo todo; se basa en transmitir el mensaje al mayor
número de personas”. Compara la cueva con un hombre enfermo: “Es frágil y
está deteriorándose de manera natural, pero no podemos congelarla”.
Las primeras valoraciones del seguimiento que se está haciendo de
todo este proceso se presentaron en mayo en el Museo Arqueológico de
Madrid. Y hasta ahora, los resultados son “absolutamente
satisfactorios”, ha explicado Cirujano, debido a la percepción social y
la acogida del público, que utiliza calificativos como “apasionante”,
“emocionante” o “maravilloso”.
Desde el Ministerio de Cultura se insiste en que no hay aún un
análisis preliminar y que habrá que esperar a que los cinco grupos
científicos que trabajan en la cueva crucen sus datos y elaboren sus
conclusiones. La investigación, eso sí, no cesará tras la decisión que
tome el Patronato ya que, como dice Cirujano, es un proceso continuo. eldiariomontanes.es
lunes, 16 de junio de 2014
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