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Esa mutación genética que nos hizo prosperar, también nos ofrece el gusto por fumar.
Existen muchas teorías acerca de la misteriosa extinción del hombre neandertal y del éxito del hombre moderno. La más reciente dice que nuestros ancestros tenían una ventaja genética que los hacía inmunes a los efectos producidos de los químicos tóxicos que salen de cocinar la carne y quemar madera, según un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania y publicado en el diario Molecular Biology and Evolution.
La resistencia a esos químicos se debe a una mutación genética y los humanos modernos u homo sapiens, somos los únicos que lo tenemos, lo que pudo haber otorgado una ventaja sobre otras especies.
Sin embargo no todo son buenas noticias, pues esa misma resistencia genética explicaría, según anota The Independent, al gusto por fumar, ya que ayuda a que la gente disfrute de respirar en humo tóxico. El profesor Gary Perdew, líder de la investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania, explica:
Para los neandertales, la inhalación de humo y comer carne cocinada con carbón, los expondría a múltiples fuentes de hidrocarburos aromáticos policíclicos, que se sabe son cancerígenos y conducen a la muerte celular en altas concentraciones... Si los neandertales fueron expuestos a grandes cantidades de estas toxinas derivadas del humo, podría haberles generado problemas respiratorios, disminución de la capacidad reproductiva en las mujeres y aumento en la susceptibilidad para adquirir virus respiratorios.
De acuerdo a investigaciones, se sabe que tanto los humanos modernos como los neandertales, cocinaban sus alimentos y utilizaban el fuego para mantenerse calientes.
Esa ventaja que nos hizo sobrevivir y ganar la carrera evolutiva contra los neandertales, ahora podría jugarnos en nuestra contra debido al gusto por fumar. El profesor Gary Perdew, quien también participó en el estudio, lo describe mejor:
Nuestra tolerancia (al humo), nos ha permitido adoptar malos hábitos. FayerWayer
Tolerance of smoke may have given us an edge over Neanderthals | New Scientist / Link 2
Where there’s fire there’s often smoke – which might have been bad news for Neanderthals and other ancient hominins. Modern humans carry a genetic mutation that reduces our sensitivity to cancer-causing chemicals found in wood smoke. But Neanderthals and Denisovans apparently lacked the mutation.
Harnessing fire was one of the key events in hominin prehistory. Fire offered light, warmth, better protection from predators and the possibility of easier-to-digest cooked food. But smoke is something to be wary of. “Even today, smoke inhalation increases susceptibility to lung infections,” says Gary Perdew at Pennsylvania State University.
It might have been a significant problem during the Stone Age, given that hominins often lighted fires in caves or other enclosed areas. “If you were in a cave trying to cook, the amount of smoke you’d breathe in would be ridiculous,” says Perdew...
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